El Gobierno salió en las últimas horas a defender a ultranza el esquema de centralidad política y económica que estableció en los últimos años ante una embrionaria rebelión provincial, encabezada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli.
Lo hizo al tiempo que tantea un rediseño económico, a su estilo, que permita recuperar tasas elevadas de crecimiento y domar la inflación.
Ambas cuestiones son centrales en el año electoral y así lo dejó claro Cristina Kirchner al reaparecer públicamente el viernes luego de su gira internacional y antes de partir a Chile para la Cumbre de América latina, el Caribe y la Unión Europea.
Por un lado aludió directamente al tema precios y a la puja gremial por salarios, y por otro ordenó una réplica fuerte de sus principales figuras provinciales contra el planteo del gobernador Daniel Scioli por la Coparticipación Federal de impuestos.
Las tensiones políticas se agitaron con una carta que el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, envió al titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, para empezar a discutir un nuevo esquema de Coparticipación y descongelar el Fondo del Conurbano que quedó fijo en 650 millones de pesos.
En total, se trataría de unos 15.000 millones de pesos que, según la Provincia, deja de percibir anualmente.
El sciolismo hizo el planteo porque necesita de unos 4.000 o 5.000 millones de pesos de asistencia este año de la Nación y considera que no tiene manera de conseguirlo de otro modo porque la presión impositiva en la provincia llegó a un tope. Teme que ocurra lo del año pasado cuando tuvo inconvenientes para pagar el aguinaldo.
Previamente, el Gobierno había publicado en el Boletín Oficial el esquema por el cual los municipios pueden pedir directamente el envío de fondos sin pasar por los gobernadores.
Es una modalidad complementaria al programa "Más Cerca" por el que el Ministerio de Planificación Federal ejecuta obras que directamente piden los intendentes de 14 provincias.
No es un secreto que la Nación centralizó el poder en la figura presidencial y también reorganizó el envío de fondos a las provincias para hacerlo directo. Es una de las herramientas para la supervivencia del modelo kirchnerista.
Un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) señala que en los últimos años de la década del 90, las provincias recibían el 30% de la recaudación tributaria argentina, incluida seguridad social y en 2012 recibieron el 26%.
Distanciados del kirchnerismo los gobernadores de Santa Cruz, Daniel Peralta (PJ), y de Corrientes, Ricardo Colombi (UCR), aprovecharon el tiempo político para cuestionar el puente Nación-municipios, mientras que el jujeño Eduardo Fellner (FPV) se sumó a Scioli pero pidió discutir la coparticipación con "seriedad".
En ese marco, la carta de Pérez a Domínguez no fue ingenua y llegó en momentos en que el titular de la Cámara de Diputados busca posicionarse como candidato a la Gobernación en 2015.
El ex ministro de Agricultura fue, además, uno de los organizadores de una demostración de fuerza del "cristinismo" que finalmente concretó en Santa Teresita.
Pese a que la cuestión de la coparticipación es incómoda para los "cristinistas" bonaerenses, porque no pueden oponerse a un mayor envío de recursos para su distrito, el vicepresidente Amado Boudou, el vicegobernador Gabriel Mariotto y el propio Domínguez salieron a retrucar a Pérez, rodeados por casi 70 intendentes.
Pero más allá de las diferencias entre ambos sectores hay cuestiones que los unen: de un lado están los fondos y la mayor estructura política y del otro los mejores niveles de popularidad.
La pulseada tiene como trasfondo la definición de las listas del Frente para la Victoria en la Provincia de Buenos Aires, y quizá, la conducción del PJ bonaerense.
La puja por los fondos federales también tensó en los últimos años la relación entre la Nación y las provincias de Santa Fe, gobernada por el socialista Mario Bonfatti y Córdoba, conducida por el peronista José Manuel de la Sota.
En el mismo discurso del viernes, la Presidenta aprovechó para apuntar contra Bonfatti por haberse ido de vacaciones mientras su provincia y especialmente Rosario —bastión socialista— sufre un brote de inseguridad vinculada al narcotráfico. A propósito, cerca de Scioli atribuyeron el "corrimiento de los narcos" a Santa Fe por el combate al delito en Buenos Aires.
Con De la Sota los intercambios son cotidianos y llegaron a la Corte Suprema.
Precios y salarios
La Presidenta no evitó el tema de la inflación, una de las cuestiones que mayor preocupación genera en la sociedad junto con la inseguridad. Pidió a usuarios y consumidores que "manejen su poder" frente a la oferta y les "hagan el vacío" a quienes aumentan en forma exorbitante los precios.
Atado con eso, volvió a pedir a gremialistas que acuerden subas salariales que no alienten la espiral, mientras las dos CGT hablan de un incremento anual de al menos 25% y también demandan que se eleve el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias.
Paralelamente, el Gobierno dispuso aflojar las restricciones a las importaciones a través de la eliminación de las Licencias No Automáticas (LNA), que alcanzaban al 10% de las compras al exterior, pese a que mantuvo otro mecanismo de control: las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones.
El objetivo es doble: bajar el alza de precios que los fabricantes locales, aprovechando el cierre importador, venían aplicando, y estimular la actividad en sectores que sufrían parates por la falta de insumos importados.
Gabriel Profiti